Había una vez una ardilla y una liebre que estaban separadas por el arroyo.
Un día la ardilla dijo a la liebre: “Salta” Y la liebre le hizo caso y saltó.
Quedaron para cenar setas y piñones. Al cabo de un tiempo fueron amigos y comieron perdices.
HICHAM
dimecres, 26 de novembre del 2008
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